En el mes de Abril, la Virgen del Carmen regalada por el Papa Benedicto XVI con motivo del Bicentenario, inició un peregrinaje por todo Chile haciendo llegar a todos su consuelo Maternal en esta tierra afectada por grandes catástrofes, por cambios políticos y por la celebración del bicentenario, enseñando a quién la acepta a sentirse Misioneros de Cristo.
Hace ya un par de meses los miembros de la Pastoral Hospitalaria del complejo asistencial recibieron el emocionante anuncio de parte del Padre Jaime Fernandez M. Vicario de la Pastoral Hospitalaria del Arzobispado de Santiago: María, la Virgen Misionera También vendría a nuestro Hospital
¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? (Lc 1,43)
Con gran alegría en los corazones, todos los miembros de la Pastoral Hospitalaria en un mismo espíritu iniciaron los preparativos para este encuentro. Cada uno por separado y reuniéndose cada vez con mayor frecuencia, fueron delineando la ruta, las estaciones que rendirían homenaje a la Virgen y preparando los detalles que inspira la Cercanía de la Madre. Un deseo común es manifiesto en el corazón de los organizadores y miembros de la Pastoral:
”Queríamos que todo el Complejo, Pacientes y Funcionarios sintieran la visita de la madre”.
El día de la visita desde temprano se observaba un ambiente diferente, alegre, festivo, se veían personas hermoseando los lugares donde se detendría la Peregrina , revisando los detalles y aportando los medios a su alcance, el voluntariado de Cáritas trajo rosarios y estampas, se elaboraron encintados de recuerdo, y la gente se empezó a reunir. No exentos de contratiempos, El Director, por un asunto de última hora, se excusó enviando una representante en su lugar, se nos presentaron algunos detalles imprevistos, pero claro, María es Madre y nos lo solucionó de manera admirable.
Empezamos la recepción, el Espíritu actuó y empezaron las vivas y las alabanzas espontaneas a la Madre, El Capellán del Casr Padre Lorenzo Baderna abre la ceremonia y luego de los saludos formales de la Dra. Elisa Llach y un esquinazo del Grupo Folklórico, se dió paso a la procesión que rodeó con rezos y cantos las instalaciones del Casr. Se prepararon 7 estaciones de detención en cuyo punto fueron bendecidos los servicios colindantes.
Se ofrecieron pétalos de flores al paso de la virgen.
El emotivo encuentro contó con la participación de nuestro Vicario pastoral Padre Jaime Fernandez, el Vicario Episcopal para la zona del Maipo el Padre Aldo Coda, Representantes de la Comunidad Barnabita, a la cual pertenece el Capellán del Casr., Su Párroco el Padre Paulo Talep, Diáconos Patricio Epuñan y Patricio Navia éste último, en representación del Hospital Padre Hurtado y su Pastoral de la Oración, representantes de los seminaristas Barnabitas y agrupaciones de voluntariado: Cáritas, Legión de María, Damas de Rojo, entre los asistentes y un número considerable de pacientes, funcionarios y amigos.
Bajo los árboles de la plaza central del Casr, La hermosa imagen de la Virgen presidió la liturgia en las palabras del Padre Aldo, Del Diácono Patricio Epuñan, Del Dr. Juan Villagrán y en los demás lectores y en el Coro del Dr. Anuch.
Muchos funcionarios, pacientes, ancianos, jóvenes y niños, se acercaron en este día, algunos con lágrimas en los ojos, para estar cerca de nuestra Madre para hacerle llegar sus suplicas y darle las gracias por tantos favores concedidos.
Y la fe de la gente expresada en esperanza, confianza, en rosarios agotados y oraciones distribuidas, en cantos emocionados y lágrimas a la partida de nuestra Madre, la que nos guía, como peregrinos que somos, hacia Jesucristo, a la “Patria Celestial”.
Se Apreció el compromiso de los hermanos de la Pastoral, la cooperación desde distintos ámbitos, según las propias capacidades: escribiendo cartas, haciendo afiches, labores de difusión, coordinando con la Dirección del Hospital, decorando, guiando la procesión, leyendo en la Liturgia, cantando, formando un solo cuerpo, haciendo Iglesia, donde todos se entregan con alegría a sembrar la unión a través del amor a Jesucristo y el respeto al ser humano.
Nuestra Madre María del Carmen, Reina de Chile, Reina del Sótero (como la alabamos en la procesión) es desde ahora un miembro más de la pastoral Hospitalaria, y para hacerlo patente se le prendió nuestra insignia al cinto.
Porque el más hermoso adorno de una Madre
Es la Piedad de sus Hijos….
Felicidades por su blog!Que Dios les guie para realizar un buen ministerio
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