lunes, 1 de marzo de 2010

Preparación a la Pascua del Señor

CONOZCAMOS AL SEÑOR
Y A SU EVANGELIO


«Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el Cristo. Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser muerto y resucitar al tercer día.» (Mt 16, 20-25)

  • Jesús ha formado a sus Apóstoles. Va a edificar la Iglesia sobre la base de la fe que ha proclamado Pedro. Con eso termina la primera parte de su misión.
  • En seguida emprende su último viaje a Jerusalén. No quiere que piensen que el Cristo puede evitar el dolor y pide que no digan a nadie que el es el Mesías prometido. El va a la Ciudad Santa a entregarse como Víctima propiciatoria por nuestros pecados y así abrirnos las puertas de la vida eterna.
  • Su pasión será dolorosa, pero no por eso dejará de ser la más plena victoria, la victoria del amor.
  • Junto con anunciar su pasión entrega un signo de esperanza. Su pasión conduce: a la vida plena, a la resurrección. A la plenitud se llega a través de la cruz, pero lo definitivo es su victoria.

En el mes de marzo, en la medida en que van transcurriendo los días de Cuaresma, los ojos de los creyentes se van volviendo hacia la Pascua del Señor. El triunfo de la vida sobre la muerte. Es la celebración básica de nuestra fe, que se funda en la convicción de que hace poco más de dos mil años Dios vino al mundo a salvarnos. Sin esa convicción fundamental, todo el resto deja de tener sentido. Por eso, es conveniente centrar

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