viernes, 6 de agosto de 2010

El buen samaritano

“ «Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: «Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva.» ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» El dijo: «El que practicó la misericordia con él.» Díjole Jesús: «Vete y haz tú lo mismo.»” (Lc 10, 33-37)

  • Jesús muestra cómo debe ser nuestra actitud ante los hermanos que sufren.
  • Nos invita a hacer lo mismo que el buen samaritano.
  • La misericordia debe ser un distintivo perceptible de la presencia de la Iglesia en cualquier ambiente. Mucho más aún donde se está en permanente contacto con el dolor.

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