martes, 11 de enero de 2011

Una mirada al año transcurrido

Al terminar el año 2010 es bueno detenerse un poco para hacer una pequeña evaluación de lo que ha sido nuestra Pastoral Hospitalaria a fin de prepararnos para enfrentar 2011 con nuevo entusiasmo y con líneas positivas. Este año ha sido, con certeza, un año duro para gran parte de nuestra Patria y sentimos que Dios nos ha hablado impulsando un gran corriente de fe y solidaridad.

¿Qué cosas hemos percibido en el año transcurrido en la pastoral que se nos ha encomendado? A simple vista nos damos cuenta que hay una creciente carencia de Capellanes que presten una atención pastoral estable en los diferentes hospitales y, además, una gran dificultad para conseguir ayudas puntuales para las emergencias a partir de las parroquias. Esta observación nos lleva a una reflexión más de fondo. Nos preocupa que el tema de la atención pastoral de los enfermos esté pasando por una evidente desvalorización. Dejó de ser una preocupación pastoral normal como lo fuera durante siglos. Esto lo podemos percibir claramente cuando al acudir a los medios ordinarios de difusión de la Iglesia experimentamos una clara resistencia a abrirle un espacio. Atender a enfermos pobres no es noticia, no interesa, salo cuando hay conflictos legales.

Podemos constatar también que, junto a la disminución del número de Capellanes, vemos disminuir el número de Voluntarios. Vemos con preocupación como los Voluntarios, que han prestado fielmente sus servicios en los hospitales, van envejeciendo sin renovarse y, por lo mismo, van teniendo cada vez más ausencias por salud. Nos admira la fidelidad de un gran contingente que, con muchos sacrificios, marcan una presencia eclesial en ese mundo donde se experimenta tanta ansiedad y dolor. Por otra parte, nos preocupa una cierta mentalidad en párrocos que consideran la atención de enfermos en hospitales como un “cacho” y le hacen el quite.

En contrapartida con lo anterior, progresivamente vamos viendo aproximarse a la Pastoral a muchos profesionales y funcionarios que trabajan en los hospitales. El primer paso en esta pastoral consiste en reconocerse mutuamente como miembros de la Iglesia. Con mucha alegría hemos sido testigos del agradecimiento de directores y directoras de hospitales a los voluntarios. En la visita de la imagen de la Virgen del Carmen Peregrina esto se hizo notar en varios hospitales.

Mirando hacia adelante, vemos que la línea trazada con tanta claridad en Aparecida debe seguir iluminando nuestras actividades. Sentimos que poco a poco se va haciendo consciente que es preciso pasar de una Iglesia de simples creyentes a una Iglesia de discípulos comprometidos con el Señor y su Iglesia. En esa misma línea la acentuación hacia el futuro es hace de la Iglesia en su conjunto y de cada pastoral o agrupación “casa y escuela de comunión”, tal como lo planteara Juan Pablo II al comenzar el tercer milenio de Cristo. Esto significa que en el 2011 trataremos de buscar caminos de comunión entre los católicos que marcan su presencia en los hospitales. Creemos que la celebración de la Navidad nos ha dado un nuevo impulso para convocar a todos para encontrarse con el Príncipe de la Paz.

El Señor nos ha regalado un nuevo Pastor, Mons. Ricardo Ezzati. Junto con agradecer la labor de Mons. Errázuriz, queremos abrir los corazones para acoger al nuevo representante de Cristo en nuestra Arquidiócesis. Con certeza tendremos que aprovechar la primera oportunidad que tengamos para informarle acerca de todo lo que estamos tratando de hacer en el campo que se nos ha encomendado.

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